jueves, 15 de octubre de 2009

¡Cuidado con el agua!... porque se acaba. ¡CIÉRRALE!

Como decía en uno de las entradas anteriores sobre el cuidado del agua y de cómo en Brasil proponían hacer
pipí en la ducha para ahorrar agua, también comenté algo sobre la situación por la que cruzaba México
en la década de los noventas cosa que me hizo recordar lo que es esta entrada.

Este vídeo habla de una campaña de los setentas que fomentaba el buen consumo del agua potable en la ciudad.


En el vídeo hablan del Sistema Cutzamala, uno de los tantos suministros que abastecen al Distrito Federal y que extrae el líquido del río con el mismo nombre. En la Ciudad de México el agua para consumo humano en 71% de pozos locales que extraen agua de los mantos acuíferos, especialmente en el oriente de la ciudad. Un 26,5% del agua que consumen los capitalinos es importada de las cuencas de los ríos Lerma y Cutzamala, en el estado de México, y el resto proviene de las corrientes superficiales de la entidad, especialmente el río Magdalena. La ciudad consume 36.000 litros de agua por segundo. (Fuente)

La importación del agua de la cuenca del río Cutzamala ha generado conflictos entre los habitantes de aquella región en el poniente del estado de México, especialmente los mazahuas y las autoridades competentes en la cuestión hidráulica a nivel federal. Argumentando en ciertas ocasiones que la explotación de las aguas del Cutzamala ha causado grandes daños ecológicos en sus comunidades, donde menos de 15% de las viviendas cuentan con toma de agua domiciliaria. Además en este año hubo que reducirse el suministro de agua cotidiano a un 30% diario del proveniente del río Cutzamala, debido a la reducción de su manto acuífero por escasez de lluvias principalmente.

Veamos los comerciales originales de la época.





Así que viendo el pasado, al Valle de México ya le está llegando su futuro. Es muy indispensable darle
la importancia que amerita el cuidado y buen uso del agua que nos llega a nuestros hogares, ya sea tomando
medidas no cotidianas para su cuidado, o simplemente no usando o desperdiciando más de lo necesario. Desde
orinar mientras nos duchamos, cerrar el agua mientras enjabonamos nuestro cuerpo, lavar las banquetas y nuestros
automóviles usando cubetas y baldes en lugar de una manguera de constante chorreo, afeitarnos fuera de la ducha,
arreglar lo más pronto posible goteras, en fin, en cada uno está la responsabilidad de cuidar el agua.

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